Caranchos devenidos en leones

 

Por:

EDUARDO DI COLA

“La tierra se labra arando, no martillando, gritó una mujer de Formosa poco antes que el martillero público decretarasuspendido el remate. (…) Los cantitos hicieron imposible al martillero llevar adelante la subasta y los gritos lo obligaron a abandonar la sala custodiado por cinco policías mientras repetía: ‘Esto es un acto judicial’…”.

También recordarán declaraciones tales como: “Nosotras no damos vueltas, vamos directo al problema y cuando queremos lograr algo no paramos hasta conseguirlo”. (..) “Los hombres ya han hecho manifestaciones y tractorazos, y nada”.

Señores dirigentes agropecuarios, ¿recuerdan esa etapa? No hace tanto tiempo.

Muchos de los que hoy aparecen solidarios con el sector agropecuario en aquellos años eran funcionarios y ministros.

En tanto otros, desde el sector privado, usufructuando la debilidad del endeudado, aprovecharon las circunstancias para ampliar sus extensiones o hacerse de maquinarias y herramientas a precio de remate.

Cuando la dirigencia había sido superada y el productor y chacarero caído en depresión se resignaba a perder lo que con tanto esfuerzo había logrado, fueron las hijas, madres y esposas las que organizadas en “Mujeres en Lucha” enfrentaron la triste realidad en la que estaban inmersos.

Cuando los dirigentes no podían, o no querían, porque como carroñeros aprovechaban la situación, fueron esas mujeres las que dieron la pelea que terminó por bloquear el avance sobre sus patrimonios. Fueron esas mujeres las que se plantaron como leonas.
Claro, ahora es más fácil, ya no se discute el nivel del endeudamiento literalmente desaparecido, y mucho menos la posibilidad de poner en riesgo sus patrimonios.

La resistencia ya no es contra una orden judicial llevada adelante con la coacción de la fuerza pública. Ahora simplemente se trata de no vender lo producido y acumulado como consecuencia de la rentabilidad del sector, no estando ajeno, obvio, el esfuerzo del productor.

Lo que es cierto y debemos reconocer, que para algunos de ellos es más difícil comprar campos. Desde esta perspectiva se han visto perjudicados. No hay productores asfixiados de quienes puedan aprovecharse,y por otra parte la rentabilidad del sector ha multiplicado por diez o más el valor de la hectárea.

En estas circunstancias, los caranchos devinieron en leones.

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